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Saben,
los criminales, que no tienen a nadie serio enfrente.
Que
la seguridad no se configura ni con lugares comunes, ni frases. Tampoco con reactividad.
Todo
es peligrosamente contradictorio.
Las conventilleras y conventilleros de la seguridad utilizan la etiqueta narco para justificar sus fracasos o bien, para denostar a su adversario.
La lucha contra las drogas no es más que una excusa. No es un objetivo.
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Patricia Bullrich y Carolina Losada
hacen campaña en Santa Fe con el caballito del narcotráfico. La campaña es
interesante no por buena sino por contradictoria. Carolina dice que Maximiliano
Pullaro "tuvo vínculos con el narco" y Patricia supo decir que
trabajó con Pullaro "codo a codo" contra el delito cuando eran ministros. También la pre candidato a Gobernadora elogió, en su momento, la gestión de su ahora adversario. Quien se mantiene fuera del conventillo por lucidez efectiva y no jactancioso de gestión.
Los presos del Narcotráfico de Pullaro son los que Bullrich suma a su gestión. Como lo hizo con la droga que incautó la gestión Vidal/ Ritondo.
Carolina, que promete vivir en Santa Fe si es elegida Gobernadora e implementar medidas de tratamiento a criminales complejos que ya aplicó Pullaro y que desmanteló Perotti, no quiere que Google almacene frases y anuncios que la desacrediten. Y la Justicia Electoral de Santa Fe solicita el retiro del contenido "denigrante".
El pedido de la justicia electoral no la ayuda ni la beneficia a Losada. Por el contrario. La acota y reduce. La muestra insegura. Además de ser una contradicción, siendo ella una mujer que desacredita y descalifica para hacer "campaña política" de me dijo, le dije, le digo.
Un conventillo fabuloso del que también fue parte Luis Juez pero en Córdoba. Cuando dijo que la gente de Martín Llaryora "entregaba falopa" a cambio de votos y días después, ya asumida la derrota, salió a decir que lo iría a felicitar.
Nadie sabe cuál es el verdadero Juez, si el de la etiqueta irresponsable o el de la felicitación. Solo queda claro que es un habitante más del conventillo electoral.
Petri, bajo la mirada de Bullrich, astuta y audaz, cuestiona a Gerardo Morales por el caos en Jujuy.
Pero
Petri, que se llena la boca en exceso con la palabra orden, desconoce el
aparato que maneja Milagro Sala. Y seguramente tampoco sepa que los cambios en
el Ministerio de Seguridad de la provincia no fueron funcionales a la
seguridad. Entonces, Luis, se despacha a través de la red social Twitter y Gerardo cae en la trampa de las explicaciones. En la inocencia del después del 13 de agosto. La ilusión de trabajar juntos.
Olvida, Morales, que cuando Bullrich fue Ministro de Seguridad Nacional, él tuvo que crear el Grupo Operativo de Fronteras porque además de haber reducido la Secretaría de Fronteras a Subsecretaria, los vaciaron de más Gendarmes.
Por su parte Bullrich también cuestiona a Horacio Rodríguez Larreta.
Una ternura de la ex Ministro de Seguridad. No sólo hizo campaña en ellos sino que cuando estuvo al frente de la cartera de seguridad, vendió bastiones del narcotráfico de la ciudad como “barrios seguros”. Igual que Elisa Carrió. La otra habitante del conventillo.
La que te etiqueta de narco hasta por las dudas. La que aún busca a la beluga.
A la que también la hidrovía le quedó grande. Como a Patricia y a Aníbal.
No obstante, en algo coinciden las fórmulas de cambiemos. Que es en el nuevo manoseo.
Como no les bastó con reventar a las Fuerzas Federales en su uso y abuso, especialmente de Gendamería, elevando sus niveles de corrupción sin llegar a lo estructural, ahora van por las Fuerzas Armadas. Como si más fuerzas de seguridad fuesen una garantía de más seguridad.
Marchen militares a Rosario. Así se generan internas orgánicas entre la policía de la provincia, las fuerzas federales y las fuerzas armadas.
La
sobreactuación es poesía para el delito.Agradecimiento y reverencias.
En
un spot de campaña se la observa a Patricia conduciendo un auto de carrera. Pisa el acelerado arrasando, como la
marabunta, con todo lo que encuentra a su paso. Todo lo que le molesta. Todo lo
que la puede recortar en su mirada autárquica y distorsionada de orden.
Horacio, en su moderación, se queda un poco atrás dentro del esquema del conventillo. Tener bastiones del narcotráfico en la ciudad no es una buena carta de presentación pero también es cierto que con la desfederalización, el sur de la ciudad no se transformó en un enclave narcocriminal. Por lo menos, no hasta ahora.
En
relación a Massa, es el único que al menos, en el año 2015, tenía un programa de
seguridad ajustado a la realidad de entonces. Con una clara mirada de la seguridad
ampliada y una decisión política de trabajo. Pero hasta el momento se
desconoce si el equipo de Masssa siguió las mutaciones del narcotráfico y si su
programa se agiornó. Si el mismo entra en las márgenes de Unión por la Patria.
Un espacio que a nivel nacional fue tan reactivo y escenográfico como el de
Cambiemos entre 2015/2019. Además de negador y constructor, en su momento, del estado de sensación.
Un espacio que supo acunar el versito monono de la droga enfriada. Sin tiros y sin muertos.
De ser Massa, el cuidado debe estar puesto más en la jactancia de saberlo todo.
O de ser Grabois, habrá que cuidar que no configure, como hizo Frederic, un romance de justificación delictiva. Aunque Grabois, es más sensato más allá de sus exabruptos conventilleros en los que todos suelen cae por excesos mediáticos.
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Por el lado de los liberales, también hay conventillo.
Liberales arrepentidos que buscaron un lugarcito en cualquier espacio con tal de garantizarse minutos en la pantalla chica.
Milei, el candidato, ve en algunas vertientes del delito complejo una economía de mercado y busca
vender órganos. Su mirada es tan absurda como sieniestra. No vale más que estas escasas líneas.
Luego
tenemos a Schiaretti. El gobernador de Córdoba. Con una ciudad que llega a
concentrar, en algunos barrios, 20 puntos de venta de drogas.
Llaryora vende a la ciudad como la panacea
cuando la transformaron en un enclave del Narcotráfico durante la pandemia por no haber articulado
debidamente a la Fuerza Policial Antinarcotráfico dentro del programa de
Seguridad Ciudadana más allá de la dependencia de la Fuerza del Ministerio
Público Fiscal.
Schiaretti no quiere que un porteño
les vaya a dar cátedra a Córdoba pero él sí pretende darle cátedra al resto de los
Gobernadores hablando de la expansión del modelo cordobés. Un modelo degradado,
por la misma gestión, en seguridad y narco. Un modelo que considera que la
clave es la iluminación, la creación de una policía municipal, militares repartidos y
de todo recurso con uniforme que simule seguridad escenográfica.
Lo cierto es, que ninguno de los
candidatos nacionales, da señal alguna de un viraje proactivo. Solo un muestrario de ideas
de fuerza que en gestión terminarán en meras reacciones. Nadie se atreve, o a
nadie le interesa porque no vende, ir por la matriz subterránea del
narcotráfico abordando las 3 dimensiones fundamentales:
- Servicio Penitenciario.
- Financieras/Lavado de activos.
- Aduana.
Los conventilleros del conventillo electoral tienen también un brazo conventillero mediático. Como el de algunos periodistas que al mejor estilo Pichetto homologan territorios nacionales con internacionales. Como la periodista que habló de Sinaloa y preguntó, a su vez, quién era el intendente de Villa Lugano. O los que hablan del Conurbano Profundo sin saber que no hay ninguna profundidad sino un enclave dividido en círculos y triángulos criminales.
O como los periodistas que quieren asemejar al Conurbano con Rosario cuando en el primero la droga es el fin y en el segundo la droga es el medio. Cuando en el primero el delito se construyó desde lo institucional y en el segundo desde lo marginal hacia arriba.
El panorama es malo y se proyecta negativo. De hecho, al año 2027, se estima que habrá al menos dos nuevas mutaciones del narcotráfico si no se establece un programa de trabajo real y no una telenovela de ingreso con "metra".
Los cuatro próximos años son claves para que los gobernadores comprometidos que hacen más por sus territorios que nación, ajusten más sus matrices de lucha. Esos gobernadores, especialmente del norte, que no temen en enviar a sus policías a cuidar la frontera para salvaguardar a sus territorios y con ello, proteger la seguridad interior.
Anexo mientras el conventillo le da anomia al narco: Quién es "la inmaculada"
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