Tras la incursión en las favelas, el Comando Vermelho le marca la cancha a la región pero ya no de forma subterránea.
El narcotráfico en la región está consagrado y constatado.
Hasta hace una década y media el triángulo embrionario sur compuesto por Chile, Argentina y Uruguay mantenía la esperanza de no reproducir, con colores locales, las barbaries de más allá. Sin embargo, no sólo las han repetido, también las han endulzado con negaciones, desarticulaciones imaginarias, legalización de la marihuana y el seguimiento de políticas reactivas.
Ninguno de los tres países en cuestión apostó a la prevención para que el narcotráfico no se consagre. Primero se consagró en Argentina, luego en Chile y finalmente en Uruguay. Las configuraciones son distintas pero las dinámicas representan un riesgo triangular en donde el Punto Tripartito (Bolivia, Chile y Argentina) y la Hidrovía, marcan no sólo el ingreso de estupefacientes al país sino también el ingreso escalonado de los distintos recursos humanos de la criminalidad organizada.
Sin dejar, por su puesto
de lado, la dinámica de la Triple Frontera. Donde los sibaritas del
narcotráfico se reúnen en cónclaves de negociación y degustación.
Los Balcanes y los Comandos de Brasil
La
administración Macri, por sostenidas impericias y devaluación de la Secretaría
de Fronteras a Subsecretaría, les abrió las puertas a recursos delictivos
varios. Tren de Aragua, Primer Comando Capital y Comando Vermelho.
Durante
la administración Fernández, con más improvisación aún, hacen sus pasos
sigilosos y escalonados recursos del Cártel de los Balcanes. Una organización
cuyo epicentro se encuentra en el sur de Europa y con una lógica de
funcionamiento que combina jerarquía con redes. Sumado a métodos donde el
derramamiento de sangre es apenas un detalle del negocio.
El
Cártel de los Balcanes testeó territorialmente a todos los países de América
Latina. Incluso a los centroamericanos. Espacio continental de sumadas
problemáticas en términos políticos y de gestión de maras. Exceso de actores
criminales y un solo presidente contenedor de la criminalidad, Nayib Bukele en
El Salvador.
En
Colombia, el Cártel de los Balcanes encontró todo lo que necesitaba para la
configuración de las alianzas y la satisfacción del mercado del sur europeo de
donde proviene. Se trata de la desintegración de la mayoría de sus cárteles y
de un aceitado sistema de redes. Con
lo cual, la garantía de la mercancía tendría un menor riesgo de tráfico y desde
varios circuitos podrían responder a la potencial pérdida.
Los
Balcanes tienen un control casi perfecto de las vías aéreas y fluviales con
móviles propios y de fachadas empresariales creadas y emergentes del lavado de
activos. Los colombianos, por su parte, se encargan de la vía terrestre para
llegar con el producto a las coordenadas acordadas con poca antelación.
Las organizaciones criminales del PCC y del Comando Vermelho se transformaron, para los Balcanes, en piezas fundamentales para el testeo serbio en Argentina. Especialmente, en la zona de la hidrovía centro. Zárate/Campana. Y proximidades de San Nicolás.
Los tiros que
supieron conseguir
El abordaje de la Policía de Río de Janeiro a las Favelas para ir contra la organización en red del Comando Vermelho necesitaba de planeamiento estratégico. Es decir, trazar distintos escenarios para saber cómo abordarlos. Para ello era necesaria la articulación con el Gobierno de Lula da Silva.
1- El abordaje sí
indicó un reconocimiento territorial previo que detectó redes.
2- La lucha contra
el narcotráfico en su fase reactiva es, inexorablemente, con derramamiento de
sangre. Del lado criminal y del lado de las FFSS. De lo contrario es velo y
engaño.
3- Las Policías,
para este tipo de abordajes, necesitan coordinar acciones con las Fuerzas
Federales del país y los Militares en el caso de Brasil.
4- La coordinación
es para hacer un previo ejercicio de saturación en las inmediaciones e ir así creando
un escenario que obligue -en este caso al Comando Vermelho- a la
desterritorialización. Es decir, entrar en implosión.
5- Inducirlos a la
implosión para luego sí poder ingresar y salvaguardar a todas aquellas personas
que viven en las favelas y no son parte de la actividad criminal.
6- Articular y
coordinar para asegurar el perímetro. Esto impide la fuga y el derrame del caos
que debe tener su epicentro en las Favelas/Bastiones y no más allá de las
mismas como está sucediendo.
La incursión era claramente necesaria.
El Comando Vermelho, al igual que el PCC y Familia do Norte se expandieron por toda América Latina.
De forma golondrina en clicas y fusionando algunos recursos con organizaciones criminales autóctonas, los Comandos – más de cuarenta, pero los nombrados son los más peligrosos- manejan los hilos del poder. De hecho, el PCC se disputa con el Cártel Mexicano de Jalisco Nueva Generación las ventajas para el narcotráfico que arroja el Corredor Bioceánico. Corredor que perfila su lado B de potencial enclave narcocriminal.
Los sucesos de violencia en Brasil son el epílogo de haber dejado crecer, durante todas las administraciones, a las organizaciones narcocriminales. Haber hecho de las cárceles centros de formación delictiva y subestimar desde el Oxi hasta los Nitazenos.
Porque el Comando Vermelho surge en la cárcel.
De la organización "sindical" de los derechos de los presos y demás temáticas del encierro a la construcción de una estructura de poder peligrosa, tentacular y sanguinaria.
La región está en peligro desde hace años. Solo que ahora se observa la incursión sanguinaria en Brasil en contraste, por ejemplo, con Argentina. Donde las incursiones son amorosas. Sin tiros de las Fuerzas Federales. Con narcos pasivos, regalones u olvidadizos en el marco de la imaginaria lucha sin cuartel.



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